A pelotazos

En los últimos años se están produciendo incidentes graves con el uso de pelotas de goma, entre los que destacan la muerte de un hincha en el País Vasco, numerosos ciudadanos que han perdido un ojo en Cataluña y, aún más recientemente, los heridos en el campo de entrenamiento de las unidades antidisturbios, en Linares.

¿Cuándo comenzó el uso de las pelotas de goma por parte de la policía española?

Si atendemos a la revista Policía Armada, en mayo de 1972 hubo en la fábrica de armamento de La Marañosa una «demostración de armas portátiles, municiones y dispositivos de gran interés y aplicación para las Fuerzas de Orden Público». En esa jornada, varios oficiales de la 1ª Compañía de Reserva General ensayaron las escopetas «RUDO», un arma que permitía disparar tanto botes lacrimógenos como «bolas de caucho de 50 mm de diámetro». De este último material se destacaba:

(… ) alcance superior a los 200 metros y con las ventajas de:
–Posibilidad de proyectar una o dos bolas en cada disparo.
–Fuerte contundencia al impacto.
–Posibilidad incluso de derribo de personas.
–Acusado dolor al impacto y hematomas (sin posibles heridas ni consecuencias graves).
–Imposibilidad de penetración en la cavidad ocular por el diámetro de la bola.
–Aumentar la dispersión (dos bolas en un solo disparo).
–Permitir colocar mayor cantidad de proyectiles sobre la masa.
–Mayor rapidez de tiro.
(Revista Policía Armada, nº6 [2ªépoca], julio de 1972 p. 34)

Aunque no se puede ofrecer una cronología clara del uso efectivo de las pelotas de goma, un año después  entraban en los arsenales policiales las escopetas RUDO y unas bocachas llamadas «VIPA», que se acoplaban en los fusiles con los que ya contaban los grises (Policía Armada nº 13 [2ª época] febrero de 1973, p.25).

En Mayo de 1973, en las instalaciones policiales de Canillas se hizo una nueva exhibición de «Los nuevos medios antidisturbios de la policía armada» y se explicó su sentido a la prensa. Esto contaba el semanario Blanco y Negro:

[también se exhibieron las nuevas] bolas de goma para disparar sobre concentraciones y disolverlas. Tienen un calibre de 54 mm, un peso de 80 g y se lanzan con un fusil dotado de boca especial tipo «VIPA». En principio son inocuas, pero hasta 35 o 40 m hay posibilidad de que el impacto en el cuerpo pueda causar alguna lesión interna grave. Al margen de otras razones de tipo político relacionado con la seguridad de los suministros, se ha preferido esta pelota a la bala inglesa de 150 mm de longitud, ya que ésta tiene mayor masa y punta ojivada y, al parecer, ha producido algunas muertes. La bola de goma es de procedencia nacional.
     Blanco y Negro, 25 de mayo de 1973, p.34

En la hemeroteca digital de La Vanguardia, la primera mención al uso de «pelotas de goma» el 25 febrero 1975, en incidentes entre estudiantes y policías en Barcelona, mientras que el ABC instruye que en 1978 se presentaron en la Policía Armada de Sevilla nuevas pelotas de goma, «más blandas y de menor peso» que las utilizadas hasta entonces.

Una vez que se incorporaron al repertorio represivo, las pelotas compartieron protagonismo con los botes de humo como munición antidisturbios, hasta que a finales de la década de 1980 los fueron desplazando. Durante la reconversión industrial las pelotas de goma se hicieron un hueco importante en estilo policial hispano para la dispersión de multitudes aguerridas, primero en las CRGs y después en las UIPs y en las unidades especializadas de las policías autonómicas, un estilo que se basa en la movilidad y, preferentemente, la intervención a distancia. A menudo se usan  simulacros antes de la fuerza real, pero los pelotazos son frecuentes cuando hay cargas.

Durante las décadas de 1980 y 1990 hubo un algunas noticias de tuertos por pelotazos, pero en los últimos años los lisiados y el muerto se van acumulando. ¿A qué se debe? ¿Se utilizan más las pelotas de goma que antes? ¿O se utilizan peor?¿Se usan pelotas de menor diámetro que la cavidad ocular, y no tan «blandas y de menor peso»? ¿O al revés, son tan blandas que se deforman con el lanzamiento, tornándose puntiagudas? ¿Se incumplen los protocolos de disparar a más de 50 metro y al suelo? ¿Es más peligroso el material de los Mossos que el de la Policía Nacional, esta última con un historial más corto de lisiados? Esperemos que estas cuestiones se aborden y surjan respuestas, reflexiones y mejoras.

[actualizado 30/11/14h]

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